Ensalada de remolacha y queso feta
La ensalada de remolacha con queso feta es una preparación ligera, vibrante y bien balanceada que se ha vuelto muy popular a nivel global por su facilidad de elaboración y sus beneficios para la salud. Inspirada en la cocina mediterránea, esta receta armoniza sabores que se complementan perfectamente: la dulzura natural y terrosa de la remolacha cocida, el toque salado y cremoso del queso feta, el crujiente de las nueces y la frescura de hojas verdes como la rúcula o la espinaca baby. Esta ensalada sobresale no solo por su delicioso sabor, sino también por su atractivo visual: sus colores vivos y contrastantes la transforman en un plato llamativo y apetecible a primera vista.
Además de ser visualmente atractiva, la remolacha es una excelente fuente de antioxidantes y nutrientes esenciales, como se describe en este artículo de MedlinePlus. Por su parte, el queso feta, proveniente de la tradición griega, aporta un toque salado y cremoso con alto contenido de calcio y proteínas. Puedes descubrir más sobre su origen en la Wikipedia sobre el queso feta.
Beneficios nutricionales
Propiedades de la remolacha
La remolacha no solo aporta un color vibrante al plato, sino que también es rica en:
- Ácido fólico, ideal para mujeres embarazadas.
- Fibra dietética, que mejora la digestión.
- Nitratos de origen natural, conocidos por su capacidad para contribuir a la disminución de la presión arterial.
- Betalaínas, compuestos antioxidantes que combaten la inflamación.
Aportes del queso feta
El queso feta, más liviano que otros quesos curados, aporta los siguientes beneficios:
- Alto contenido en calcio y fósforo para fortalecer huesos.
- Proteínas completas, ideales para una dieta vegetariana.
- Bajo contenido calórico comparado con quesos más grasos.
- Tiene un bajo contenido de lactosa, lo que lo hace tolerable para muchas personas con sensibilidad.
Además de ser deliciosa, contiene ingredientes funcionales. La remolacha, por ejemplo, es rica en antioxidantes, como puedes ver en nuestro artículo sobre el jugo de remolacha saludable, y el queso feta aporta proteínas y calcio. Incluso puedes animarte a hacer tu propio queso fresco en casa siguiendo esta guía para hacer queso fresco con solo un litro de leche.
Aportes del queso feta
El queso feta es más ligero que otros quesos curados y ofrece:
- Alto contenido en calcio y fósforo para fortalecer huesos.
- Proteínas completas, ideales para una dieta vegetariana.
- Bajo contenido calórico comparado con quesos más grasos.
- Un perfil bajo en lactosa, lo que lo hace tolerable para muchas personas con sensibilidad.
Ingredientes principales
La receta tradicional de ensalada de remolacha y queso feta se elabora con ingredientes simples pero llenos de sabor. El ingrediente principal es la remolacha cocida y cortada en cubos, que proporciona un dulzor natural y un color intenso. Se complementa con queso feta desmenuzado, que aporta un contraste salado y una textura cremosa. A esto se suman nueces troceadas para un toque crujiente, rúcula fresca que aporta notas ligeramente amargas, y cebolla morada en juliana fina para un matiz picante. El aderezo se elabora con aceite de oliva virgen extra y jugo de limón, logrando un equilibrio ideal entre frescura y acidez.
Variaciones populares
La ensalada de remolacha y queso feta es una base versátil que admite múltiples variaciones según los ingredientes disponibles, las estaciones del año o las preferencias personales. Su sabor equilibrado permite jugar con diferentes combinaciones sin perder su esencia saludable y fresca.
Una de las variaciones más comunes incluye aguacate, que aporta una textura cremosa y grasas saludables. También puede agregarse quinoa cocida, convirtiendo la ensalada en un plato más completo, ideal como comida principal rica en proteínas vegetales. Para una versión con más cuerpo, se pueden añadir garbanzos cocidos, lo cual la hace aún más saciante y adecuada para dietas vegetarianas.
Otra opción popular es incorporar frutas frescas. La naranja o la mandarina aportan dulzor y acidez, mientras que la manzana verde introduce un toque crujiente y ácido. Para los que prefieren sabores intensos, añadir aceitunas negras o alcaparras puede elevar la complejidad del plato.
Si buscas una versión más exótica, sustituye la rúcula por espinaca baby o mezcla ambas. También puedes usar remolacha asada en lugar de hervida, lo que potencia su dulzor natural y añade una textura más firme.
En cuanto al queso, si no tienes feta a mano, puedes optar por queso de cabra, ricota salada o incluso tofu firme marinado para una versión vegana.
Estas opciones permiten personalizar la ensalada según distintas necesidades nutricionales, gustos dietéticos o, simplemente, según los ingredientes disponibles en tu refrigerador, sin perder su sabor ni equilibrio.
Para más ideas creativas, puedes inspirarte en las propuestas saludables disponibles en Elige Vivir Sano, un sitio chileno con enfoque nutricional.
Aderezos que combinan a la perfección
La ensalada de remolacha con queso feta se presta a una amplia gama de aliños que potencian sus sabores y texturas. Uno de los más clásicos es la vinagreta de limón y aceite de oliva virgen extra, que aporta acidez y frescura sin opacar el sabor de la remolacha. Para añadir un sabor más pronunciado, puedes incluir mostaza Dijon o un poco de miel, logrando un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo picante.
Otra opción muy usada es el aderezo de yogur natural con ajo y eneldo, perfecto para dar cremosidad y un toque herbal. Si buscas algo con influencia del Medio Oriente, el tahini mezclado con zumo de limón y agua es excelente, ofreciendo una textura densa y un sabor profundo a sésamo.
También puedes experimentar con vinagre balsámico o de manzana para obtener una acidez más aromática. Lo fundamental es que el aliño realce los sabores terrosos de la remolacha y la salinidad del queso feta, sin llegar a opacarlos.
Preparación paso a paso
Preparar una ensalada de remolacha y queso feta perfecta no requiere técnicas complicadas, pero sí atención a los detalles para lograr un plato equilibrado en sabor, textura y presentación. Aquí tienes el paso a paso:
- Cocinar o asar la remolacha: Si usas remolacha fresca, hiérvela con piel durante unos 30-40 minutos hasta que esté tierna. También puedes asarla para potenciar su dulzor. Luego, déjala enfriar, pélala y córtala en cubos medianos.
- Prepara los ingredientes desmenuzando el queso feta con las manos o ayudándote de un tenedor. Corta la cebolla morada en juliana fina. Trocea las nueces ligeramente y tuéstalas en una sartén sin aceite durante 2-3 minutos para intensificar su sabor.
- Hacer el aliño: En un tazón pequeño, mezcla jugo de limón y aceite de oliva virgen extra. Puedes incorporar una pizca de sal, pimienta y, si lo deseas, un poco de miel o mostaza para realzar el sabor.
- Montar la ensalada: Coloca la remolacha, la rúcula, la cebolla y las nueces en un bol amplio. Vierte el aliño por encima y mezcla suavemente para mantener la remolacha intacta.
- Servir: Añade el queso feta por encima justo antes de servir para que conserve su textura. Puedes acompañar con pan de pita o tostadas.
Este método garantiza una ensalada con sabores armoniosos y presentación atractiva.

Consejos para potenciar el sabor
Si quieres potenciar el sabor y la textura de tu ensalada de remolacha con queso feta, ten en cuenta estos consejos útiles: en vez de hervir la remolacha, ásala al horno con un toque de aceite de oliva y sal. Así intensificarás su dulzor natural y obtendrás una textura más firme y sabrosa. También puedes marinarla brevemente en vinagre balsámico antes de mezclarla con los demás ingredientes.
El queso feta es clave en esta receta, por lo que conviene usarlo de buena calidad y añadirlo al final para que conserve su forma y cremosidad. Tostar las nueces en una sartén sin aceite durante unos minutos intensificará su aroma y añadirá un toque crujiente ideal.
Otro truco efectivo es combinar diferentes temperaturas: sirve la remolacha tibia y el queso frío para crear un contraste que intensifica los sabores. Finalmente, prueba con una pizca de ralladura de limón o menta fresca picada para aportar un toque cítrico o herbal que renueve la ensalada clásica.
Maridajes ideales
Vinos blancos secos como Sauvignon Blanc o Verdejo.
Sopas frías como gazpacho o crema de pepino.
Pan artesanal o focaccia con aceitunas.
Plato único o acompañamiento
La ensalada de remolacha y queso feta funciona perfectamente como:
- Plato principal al añadir legumbres o cereales integrales.
- Ideal como guarnición para carnes blancas o tofu a la plancha.
- Entrada fresca para una comida veraniega.
Preguntas frecuentes
¿Se puede hacer con remolacha cruda?
Sí, pero es recomendable rallarla finamente o marinarla para suavizar su textura.
¿Qué puedo usar en lugar de queso feta?
También puedes optar por queso de cabra, tofu marinado como alternativa vegana, o ricota salada para variar el sabor.
¿Cómo conservar la ensalada sobrante?
En un recipiente hermético en el refrigerador, dura entre 2 y 3 días. Agrega el aderezo justo antes de servir.
¿La remolacha pierde propiedades al cocerse?
Al hervirse pierde algo de vitamina C, pero retiene la mayoría de sus nutrientes. Asarla es una buena alternativa para conservar más beneficios.
¿Cuánto queso feta es recomendable por ración?
Entre 25 y 50 g es suficiente para mantener un equilibrio saludable sin exceder en sodio.
Conclusión
La ensalada de remolacha y queso feta es mucho más que una simple mezcla de ingredientes. Es una explosión de sabor, color y salud, ideal para cualquier época del año. Puedes adaptarla fácilmente a tus necesidades, ya sea agregando cereales, cambiando el aderezo o incorporando nuevos ingredientes de temporada.
Ya sea que la prepares para una comida ligera o como acompañamiento elegante, esta ensalada siempre será un acierto. Además, te ofrece una excelente manera de consumir vegetales frescos y grasas saludables con un toque gourmet.

Ensalada de remolacha y queso feta
Ingredients
- 500 g de remolacha cocida (asada o hervida)
- 100 g de nueces (tostadas ligeramente)
- ½ cebolla morada (cortada en juliana)
- 1 bloque de queso feta (aprox. 150 g, desmenuzado)
- 50 g de rúcula fresca
- 2 cucharadas de jugo de limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- 2 panes de pita (opcional para acompañar)
Instructions
- Corta la remolacha en cubos medianos.
- Desmenuza el queso feta y mezcla con el jugo de limón y aceite de oliva.
- En un bol grande, añade la remolacha, cebolla, rúcula y nueces.
- Agrega el aderezo de feta, mezcla bien.
- Ajusta sal y pimienta. Sirve frío o a temperatura ambiente.
- Acompaña con triángulos de pan pita tostado (opcional).
Notes
Notas
- Puedes usar remolacha asada para más sabor.
- Sustituye el feta por tofu firme si deseas una versión vegana.
- Añadir quinoa cocida transforma esta ensalada en un plato más completo.